La ventana del desengaño

sábado, 13 de abril de 2013

En “Una dulce mentira”, una mañana de primavera, Émilie recibe una carta de amor anónima tan bella como inspirada. Su primera reacción es tirarla a la basura, pero se da cuenta de que puede ser la solución para ayudar a su madre, que no supera la tristeza y el aislamiento desde que su marido la dejó. Sin pensarlo dos veces, se la manda. Émilie aún no sabe que el autor de la carta es Jean, un tímido empleado suyo. Más aún, no puede imaginar que su gesto les conducirán a todos hacia una serie de malentendidos y equívocos. 


En algún blog leí que recomendaban esta película y como soy obediente la he visto y me dan ganas de llamar a alguien para recomendarla. Son de este tipo de películas que siempre quedas bien entre tu entorno.

sábado, 15 de diciembre de 2012

 Muy bien arropado con Mónica y José Manuel



 Gran acogida de público en la presentación de La ventana del desengaño




domingo, 25 de noviembre de 2012

LA VENTANA DEL DESENGAÑO


La vida en pareja de Pablo está tocando a su fin. A través
de la ventana de su mal llamado “hogar”, ante un monótono
café, ve moverse todo lo que a su alrededor se ha quedado
estancado.
Una supuesta infidelidad de Marga, su mujer, parece ser el
desencadenante de todas sus andanzas. El influjo que ella
ejerce en su manera de enfrentarse al mundo y la corta
edad de sus hijos, Adrián y Sergio, son los culpables de que
viva sumido en la hipocresía de un matrimonio muerto
desde hace demasiados años. La rutina vital a la que está
encadenado le frena el avance hasta el punto de verse convertido
en un hombre en el que ya no se reconoce. La combinación
de esos ingredientes son la mecha incendiaria que
empuja al protagonista a tomar la decisión más importante
de su vida: Dar un portazo en busca de la felicidad que no
encuentra bajo unas paredes que empiezan a desprender cierto olor a rancio.



jueves, 10 de febrero de 2011

EL PODER DE TU SONRISA





Título:El poder de tu sonrisa
Virginia está en la treintena y piensa en el amor, necesita encontrar a alguien en su vida. Este libro cuenta una fase importante de ella, sus relaciones con la familia, con sus amigas, y con Emilio, el hombre de su vida, o por lo menos el que ella cree que puede ser el padre de sus hijos. Es una historia llena de alegrías, de nostalgias y de momentos duros. Una novela con juegos de seducción, de pasión, de rupturas y de reconciliaciones; de viajes de ida y vuelta y de viajes sin retorno que se entremezclan y ayudan a la protagonista a ilusionarse con algo que tenía olvidado, el amor.
Leer un fragmento:
Pienso que la mejor manera de acercarme a ti es alejándome. Es como un imán cuya atracción implica un cambio alternante de polaridad.
Ese sábado bajó como todos los sábados a comprar el periódico, con su traje de lino blanco y su sombrero panamá, acompañado de ese aire tan majestuoso que le caracteriza, como si nada a su alrededor existiera o tuviera más importancia que él mismo. Solía caminar saludando a todas las damas con una reverencia casi señorial, separando el sombrero unos centímetros de la cabeza. Ellas siempre le sonreían e incluso, si iban juntas más de dos, cuchicheaban al reparar en su apuesto estilo y distinción.
Eso le gustaba. Después de su habitual paseo por las calles del barrio, se sentaba en el banco que da al asombroso Parque del Retiro y allí permanecía un rato mirando las palomas que picoteaban las migas de pan que las señoras mayores lanzaban al aire.
Aquella mañana primaveral, sentado en su banco, lo vi leyendo uno de los que quise imaginar sus libros favoritos, Alma color salmón de Olga Bejano. Curiosamente yo había oído hablar muy bien de él y no pude por menos que acercarme a preguntarle, eso sí, de una forma que pareciera tan imprevista como casual. Mi orgullo femenino estaba en juego y no podía echarlo a perder en mi primer intento de acercamiento. Lo cierto es que tenía claro que él sería para mí; esas intuiciones femeninas raras veces suelen fallar. Saqué del bolso un pequeño sándwich y, sin mediar saludo alguno, me senté en el banco en el que continuaba absorto en tan interesante lectura. Impulsada por ese instinto tan natural del que sólo es consciente el que no maneja la situación, me puse a echar miguitas a las palomas. Él me miró de reojo. Lo sabía, en realidad no porque lo viera, simplemente porque así lo noté. De nuevo el instinto. Sin embargo, lo que quise que pareciera una escena de tierna mañana de sábado a él le pareció un verdadero despropósito.

Presentación del "Poder de tu sonrisa".