La ventana del desengaño

martes, 21 de diciembre de 2010

EL PODER DE TU IRONÍA

"No estoy seguro si tildarlo de curiosa esfinge
o de caballero centauro,
mitad hombre con sombrero,
mitad mujer sin agujero
mitad de cuarto de anatomía
y tres cuartos de ironía,
ese es el poder que desata su filosofía.
Sus alas sutiles y envolventes
se deslizan en vuelos sugerentes,
del trece hizo su numero de la suerte
con suaves golpes de literatura
se hará un escritor a la altura,
en sus aposentos reside la tenue sensibilidad,
en las pócimas que forma su sacra alquimia
le convierten en contrariedad,
benemérito sin aspecto
tricornio con espectros,
vitalidad contrastada
humildad valentonada.
Hace algún tiempo entró de lleno
en la lectura convirtiéndola en rédito,
ordeñó sabiamente en la sabiduría
pidiendo un nuevo crédito.


Te deseo "Sólidas Arenas en este contrariado desierto."



JOSÉ MANUEL SÁNCHEZ CABELLO

sábado, 18 de diciembre de 2010

Las cosas que no nos dijimos Marc Levy



Si alguien se acerca a la descripción de Amor Incondicional que hace Marc Levy en su libro “Las cosas que no nos dijimos” que me lo diga. Al principio comienza con preguntas a su interlocutora, de las que no espera respuesta porque él mismo va a contestar una a una y cuya conclusión no deja lugar a la imaginación:

_¿Serías capaz durante 7 años de entregarte a alguien sin reservas, de darlo todo, sin límites, sin dudas ni temores, sabiendo que esa persona a la que quieres más que a nada en el mundo olvidará casi todo lo que habréis vivido juntos?

_ ¿Aceptarías que tus atenciones, tus gestos de amor se borraran de su memoria, y que la naturaleza, a la que le horroriza el vacío, llenara un día esa amnesia con reproches y anhelos no cumplidos?

Empiezo a pensar la primera pregunta y en mi cabeza la divido en dos partes: en una primera parte, la del olvido la respondo que ¡claro que se pierden cosas de la memoria¡, tengo la experiencia de que mayormente se olvidan los malos recuerdos (la naturaleza de la memoria es muy sabia, su mecanismo hace que se olviden aquellas cosas terribles que pesan mucho para que la persona pueda seguir adelante) ¡y los buenos recuerdos¡ nuestra memoria aprovecha y los moldea a su conveniencia ,los engrandece y se quedan ahí como un precioso regalo del que no nos queremos separar; la segunda me lleva a responder que un día se activa algo en la persona y empezamos a pensar en las cosas que no hemos hecho y por consiguiente a reprochar ¡es verdad ¡ , lo que me da pie a otra disyuntiva, hago reproches porque cargo la culpa de lo que no he hecho o lo que si he hecho a otra persona para quitarme la responsabilidad de elegir en mi vida o por otro lado empiezo a reprochar a la persona que tengo enfrente porque me quiero defender de sus continuos ataques…

_¿tendrías ganas todas las mañanas, de prepararle el desayuno, de velar por distraerla todo el día, divertirla, leerle cuentos cuando se aburra, cantarle canciones, salir porque necesitará que le dé el aire, incluso cuando hace un frío helador?

_ ¿ignorarás el cansancio, irás a sentarte al pie de su cama para aplacar sus miedos y hablarle de un porvenir que, irremediablemente, vivirá lejos de ti? Si tu respuesta a cada una de esas preguntas es sí, entonces perdóname por haberte juzgado mal, sabes de verdad lo que es amar.

Hasta aquí todo iba engranándose en mí como algo relacionado a la pareja, pensando con quien vas a viajar durante toda tu vida, saboreando lo dulce y lo amargo de compartir experiencias; y en este momento el autor me vuelve a sorprender con el relato:

-¿Me estás hablando de mamá?
-No, querida, te estoy hablando de ti. Este amor que acabo de describirte es el de un padre o una madre por sus hijos. Cuántos días y cuántas noches pasados velando por vosotros, al acecho del más mínimo peligro que pudiera amenazaros, mirándoos, ayudándoos a crecer, secando vuestras lágrimas, haciéndoos reír, cuántos parques en invierno y cuántas playas en verano, cuántos Km. recorridos, cuántas palabras repetidas, cuánto tiempo dedicado a vosotros. Y, sin embargo, sin embargo… ¿a qué edad se remontan vuestros primeros recuerdos de infancia?
¿Te imaginas hasta qué punto hay que amar para aprender a no vivir más que por vosotros, sabiendo que lo olvidaréis todo de vuestros primeros años, que en los años venideros sufriréis por lo que no hayamos hecho bien, que llegará un día, irremediablemente, en que os separaréis de nosotros, orgullosos de vuestra libertad?
Me reprochas mis ausencias, ¿sabes cómo se sufre el día en que los hijos se van? ¿Te has imaginado siquiera el sabor de esa ruptura? Voy a decirte lo que ocurre, uno está ahí como un idiota en la puerta mirándoos marchar, convenciéndose de que tiene que alegrarse de esa partida necesaria, amar la despreocupación que os empuja y a nosotros nos desposee de nuestra propia carne. Una vez cerrada la puerta, hay que volver a aprenderlo todo, volver a a prender a amueblar las habitaciones vacías, a no acechar ya más el ruido de vuestros pasos, a olvidar esos crujidos tranquilizadores en la escalera cuando volvíais tarde por la noche, y uno se dormía por fin tranquilo, mientras que ahora tiene que tratar de conciliar el sueño, en vano, puesto que ya no volveréis. ¿Ves. Julia mía?, sin embargo, ningún padre ni ninguna madre se vanagloria de ello, en eso consiste amar, y no tenemos elección puesto que os amamos.

¡SOCORRO¡, ¡que digo yo de todo esto¡, ¡cuantas reflexiones que hacer¡, y aunque respondiera a cada una de ellas sé que me dejaría un montón de cosas en el tintero. Llegado a este punto casi es más fácil hablar de la propia relación de pareja (y es difícil) que de la relación paterno-filial…
Acaba de enseñarme un amigo una cita que dice así:
”Si una persona supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya hecho”.
Como yo no sé narrar ni puedo superar la descripción del amor que se le tiene a un hijo, porque al reflejar mis pensamientos, sé que lo haría de una forma desordenada y por supuesto ni tan clara ni profunda. Y como siento que estoy de acuerdo en todo lo que dice el autor y sobre todo en la forma de reflejarlo, aquí os dejo esta joyita, pequeña en tamaño pero grande en conocimiento.

lunes, 13 de diciembre de 2010

POEMA 12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.

OLIVERIO GIRONDO

lunes, 6 de diciembre de 2010

Un instante

Paseaba a cierta distancia de mi, con esa forma de andar que verdaderamente se aprecia cuando lo da la amplitud de la estancia y sobre todo la ausencia de prisa, con el folleto ilustrativo que dan a la entrada de los museos rozando tus labios, con un aire pensativo e intelectual, me senté por el cansancio de la cola en esos puff rectangulares que ponen en el medio de todas las salas para admirar las obras desde una perspectiva más adecuada y reflexionar sobre lo que se está viendo, tu tenías tantas ganas de ver la exposición que te aventuraste, dejándome a mi de actor secundario, yo aproveche para observarte, desde esa pequeña distancia vi tu áurea, esa que te acompaña a todas partes y que es la que me embauca, tu mirabas las obras y yo me limitaba a ver la obra, esa obra eras tu, por cada paso que dabas yo recordaba una escena de nuestros momentos juntos, por cada movimiento que hacías me llegaba un olor tuyo, me gustaba cuando me señalabas una cosa que te llamaba la atención de un cuadro y me sonreías, yo te sonreía pero no por el comentario, yo apenas te oía, te asentía por que lo que yo veía de verdad era un cuadro de una belleza y volumen de lo más proporcionado, de unas pinceladas que me embargaban, tu seguías paseando ajena a mi momento agradable, paseabas ingenua a mis pensamientos, tantas veces juntos tantas veces tan cerca y ahora estoy viendo algo que pasaba desapercibido para mi , y sonrío sólo, mientras mis ojos te acompañan en cada parada que haces, solo estas tú entre las cientos de personas que pueblan la gran galería, sigues indicándome detalles desde tu distancia y yo asiento de nuevo con una sonrisa de felicidad de lo afortunado que me siento de ocupar el lugar que ocupo para ti, ya cansada de verlo sola me invitas a levantarme, yo como un imán me incorporo colocándome la arruga del pantalón, y despaldas a tí te abrazo pasando mi mano por tu brazo y tu sin darte cuenta de lo que he experimentado me haces participe de tu entusiasmo por unos brotes de óleo que forman un verdadero mosaico de luz y colorido, que se refleja en tus ojos y me regalas a mi con tu dulce sonrisa.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Joan Manuel Serrat de Gabriel Celaya

La poesía es un arma cargada de futuro
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Decir sí.

Afirmativo. Así es. Bueno. cierto. Claro. Con toda certeza.
De acuerdo. Efectivamente. Elemental. En efecto. Eso es. Esta bien.
Evidentemente. Exacto. Indudablemente. Justo. Lógico. Natural.
Obviamente. OK. Por qué no. Por supuesto. Positivo. Seguro.Sin dudarlo.
Sin lugar a dudas.
Tú los has dicho. Vale. Venga. Verdadero.
¿Nunca te has preguntado por qué a veces es tan difícil decir sí?

Jorge Martínez Gil

Como alma en libertad.

Me gusta caminar por esas calles mojadas
que el agua descalza de gentes
y la noche besa con su frescura
Me gusta lo bello y efímero
que se consume en una mirada

Me gustan las flores
que no se dejan coger
para formar ramo

Me gustan los ojos chiquitos
que cuando se enamoran
se agrandan.

Me gusta la mujer que ama
la lectura de los silencios

Me gustan las golondrinas
que hacen poesía con sus vuelos

Me gustan los enfermos de justicia
Que no pisan la flor.

Me gusta la fragilidad de la amapola
Llena de belleza y color
Que en las laderas floreadas
Cuando el viento sopla
Se acuna en oleajes de color

Me gusta sentir la ausencia
para disfrutar la presencia

Me gustan esas manos
que saben unirse día a día
tanto en el amor
como en el sufrimiento
en la pena y en la dicha
¡Dejarme unir las mías!

Me gustan las botas de gastadas suelas
Sello de un caminante que erosiona el tiempo vivido
en su esencia de aire, agua, fuego y tierra

Me gustan los ojos enamorados

Me gustan los niños
Que no se aprovechan de serlo

Me gusta la paciencia
Del campo
Con sus ojos hechos de horizonte

Me gusta la gente que trasmite paz
Que la vive y la contagia
Esa paz sea con nosotros.


JOSÉ ANDRES VILLOTA ROCHA